“Durante la semana tuvimos dos rescates en los acantilados, uno donde subió la marea, otro donde la persona en el transcurso de la tarde noche se quedó atrapado porque subió la marea”, añadió.
El jefe de la División mencionó que las zonas de acantilados son peligrosas, pero la ciudadanía las utiliza como áreas de pesca, a pesar de que estos lugares no tienen acceso.
“La gente busca un mejor acceso con riesgo de resbalar, eso ha pasado en ocasiones (…) Muchas veces se acercan a los acantilados y las olas pegan muy fuertes, es donde las personas deben tener cuidado”, detalló.
En los últimos meses las olas han alcanzado niveles de aproximadamente un metro de altura, una altura baja, de acuerdo con Juan Hernández, pero en los últimos días las olas fueron de metro y medio hasta dos metros, debido a las tormentas en el Pacífico.
“Cuando está muy fuerte y esto nos ocasiona corrientes de retorno muy fuertes, avisamos a la gente cuando las condiciones son fuertes. Ahorita ha estado relativamente calmado, con corrientes medianas, pero al final de cuentas para una persona que no sabe nadar una corriente puede ocasionar un peligro potencial”, explicó.
Para finalizar, el jefe de División recordó que las corrientes en el lado marítimo de la frontera son peligrosas, incluso han provocado la muerte de migrantes por ahogamiento.
