Ante el muro fronterizo se realizó la edición 31 de la Posada sin Fronteras, un evento organizado para convocar a las organizaciones en defensa de migrantes de ambos lados de las naciones.
Se realizaron los tradicionales villancicos, así como el pase de lista de quienes perdieron la vida intentando cruzar hacia territorio estadounidense en busca de una mejor vida.
Este año, el mensaje principal en la Posada sin Fronteras fue: “Mostrar hospitalidad a extraños, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”.
Los migrantes externaron su miedo ante las deportaciones masivas que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha prometido implementar desde su primer día de mandato.
Organizaciones religiosas y defensoras de los derechos humanos destacaron que este tipo de actos son fundamentales para enviar un mensaje de esperanza y resistencia.
La posada busca fortalecer los lazos entre comunidades de ambos lados de la frontera en un contexto que se vislumbra cada vez más hostil.
Más allá de la tradición navideña, la Posada Sin Fronteras es un recordatorio de que los valores humanos deben prevalecer, incluso frente a políticas que buscan dividir.
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