Las protestas por las redadas de inmigración realizadas por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en Los Ángeles se intensificaron durante el fin de semana, generando actos de violencia y el despliegue de la Guardia Nacional.
Las movilizaciones comenzaron el viernes tras operativos de ICE en distintos puntos de la ciudad.
Durante una de las protestas, un grupo de manifestantes prendió fuego a una bandera de Estados Unidos y lanzó consignas contra las autoridades migratorias.
En videos difundidos en redes sociales, se observó a personas escupiendo sobre la bandera y rociándola con líquido inflamable.
El acto fue acompañado de gritos relacionados con hechos ocurridos en 1992 durante los disturbios tras el caso Rodney King.
Las redadas se realizaron en zonas como el estacionamiento de un Home Depot, punto de encuentro habitual para trabajadores informales, reacción que provocó bloqueos, enfrentamientos con autoridades y daños a vehículos.
También se reportó un oficial herido tras ser impactado por una piedra arrojada desde un paso elevado.
Ante la situación, el presidente Donald Trump ordenó el envío de elementos de la Guardia Nacional, sin embargo, la presencia militar no ha detenido las manifestaciones ni los actos de violencia, que se han extendido a varios sectores de la ciudad.
En algunos casos, se observaron banderas latinoamericanas entre los participantes, quienes exigen el fin de las políticas migratorias actuales.
El FBI ha emitido alertas y ofrecido recompensas de hasta 50 mil dólares por información sobre los responsables de los disturbios.
Al mismo tiempo, organizaciones defensoras de derechos humanos han solicitado revisar los métodos de detención utilizados durante las redadas.
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