En la ciudad fronteriza de Tijuana las atenciones psicológicas a migrantes deportados de EEUU han aumentado.
Cabe mencionar que las deportaciones debido a los operativos migratorios en Estados Unidos causa un gran dolor y duelo para las personas que tienen que en ocasiones abandonar a sus familias.
Desde enero a la fecha, el albergue Flamingos en Tijuana ha atendido a poco más de 7,500 personas repatriadas. En lo que va de agosto, han recibido a 203 personas, mientras que julio registró la cifra más alta del año con poco más de 1,500. De ese total, se estima que una tercera parte ha solicitado atención psicológica inmediata.
“Hay más personas que acceden a recibir atención psicológica que médica, lo cual es un dato sumamente revelador de cómo llegan anímicamente y del tipo de atención que debemos brindar”, explicó Mónica Vega, coordinadora del Gobierno de Baja California en el Centro de Atención a Connacionales.
Pero luego de dejar el albergue en Flamingos, son las asociaciones civiles quienes dan refugio y atención integral a los repatriados como Gustavo Hernández, un mexicano deportado de Los Ángeles, quien compartió lo difícil que ha sido empezar de nuevo tras dejar atrás prácticamente toda su vida.
“Fue una redada en mi trabajo, eso fue lo que pasó”, contó Gustavo, de 32 años, quien vivió más de 25 años en Estados Unidos. “Fue muy difícil porque tengo una relación muy cercana con mi mamá y mi papá”, agrego.
En los albergues, como el del Proyecto Salesiano, se vive el duelo de la deportación a diario. Muchas personas se enfrentan no solo al desarraigo, sino a una profunda crisis emocional.
“Si te afecta psicológicamente, pero por eso yo me quedé aquí en Tijuana, porque siento que, si me voy a mi estado natal, se me va a dificultar saber que estoy muy lejos”, agregó Gustavo.
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